En esta publicación te enseñamos todo lo que necesitas saber sobre los antidepresivos: su funcionamiento, tipos, antidepresivos más comunes, si son adictivos…
Los antidepresivos con una familia de fármacos que actúan aumentando la disponibilidad de los neurotransmisores (serotonina, noradrelanina y dopamina) en la hendidura sináptica, es decir, en el espacio de comunicación entre neuronas.
En unos circuitos cerebrales relacionados con la ansiedad, la depresión y las obsesiones.
Se basan en el conocimiento de que una menor concentración de éstos neurotransmisores está relacionada con la depresión y otros síntomas mentales.
Aunque se denominen antidepresivos, a parte de para tratar los Trastornos depresivos se prescriben para otras patologías. Estos son algunos de sus usos más habituales:
Trastornos de ansiedad generalizada.
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Requieren un periodo de latencia, es decir un tiempo antes de entrar en funcionamiento y para encontrar los efectos terapéuticos suelen ser necesarias unas 2-4 semanas.
No obstante desde los primeros días pueden mejorar algunos síntomas.
Existen varias familias de antidepresivos, los tipos de antidepresivos más comunes en la actualidad son:
Los antidepresivos inhibidores de la recaptación de la serotonina (ISRS):
Como la Fluoxetina, Fluovaxamnina, Citalopram, Escitalopram , Paroxetina y Sertralina.
Los inhibidores de la recaptación de la serotonina y noradrelanina (ISRN):
Como la Venlafaxina, Desvenlafaxina y Duloxetina.
Los efectos secundarios más frecuentes del consumo de antidepresivos son:
Síntomas gastrointestinales (náuseas, diarrea y vómitos), cefaleas y somnolencia.
Así como afectación en la función sexual.
Se trata de efectos que aparecen en los primeros días, y son leves y pasajeros.
Aunque en cierta medida depende de cada persona el grado de afectación por éstos efectos secundarios, para evitarlos o minimizarlos se debe comenzar por dosis bajas del fármaco y en ocasiones asociarlo a un ansiolítico.
Se trata de un falso mito, los antidepresivos no producen adicción, aunque su consumo sí debe ser supervisados por un especialista y retirado bajo supervisión médica.
Muchas veces se toman ansiolíticos para tratar síntomas depresivos o ansiosos resultando ineficaces y exponiéndose la persona a desarrollar una adicción a éstos fármacos.
Por tanto, no debe retrasarse un tratamiento antidepresivo por miedo a que sean adictivos, ya que son los tratamientos indicados y así evitamos una sobreutilización de los ansiolíticos, fuera de sus indicaciones.
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